Hace unos días (oséase varios meses), después de un fin de semana de explorar la vida nocturna en el sur de la ciudad, (mis dominios por muchos años) mi primo, sus compas, un chingo de weyes que no conocía, y yo decidimos que lo mas prudente era curarnos la cruda de forma rápida, eficiente y cordial.... de haber sabido lo que venía, me quedo callado con lo de " - en Sinaloa la cruda no las curamos comiendo mariscos - ".
Decidimos que unos mariscos eran “LA” opción mas viable y el fisher´s de nápoles nos quedaba in short, tomando en cuenta que todos estabamos hasta el huevo de crudos, medios chiles, credos, medio pedos tres cuartos medios estoques. Emprendimos la partida muy contentotes todos y tras media hora de esperar mesa pues ya estabamos reconectando la peda, con eso de las bebidas de cortesía yo ya estaba otra vez viendo borroso y una amiga de no se quién, que estaba refea iba mejorando su aspecto.
Ordenamos inmediatamente vuelve a la vida pa´ todos, no había necesidad de buscarle más, ya que aqui en el fresísima fisher´s ni remota idea tienen de lo que es un chingado agüachile.
Lo primero que necesitabamos era echarle cuerpo al vómito. Minutos mas tarde llegaron rebosando de camarones, con su aguacatito en rebanadas, cebollita, cilantro, asi como si estuvieras en el mero sobreruedas. No dejaba de salicar, con mandíbula acalambrada y al igual que mi estimada compañia. 2 minutos con 43 segundos mas tarde ya no había galletas y el “vuelve” ya estaba a la mitad. Ordenamos el refill.
Yo me sentí aliviado, nuevo, renovado, listo para la siguiente peda cuando de pronto un distinguidisimo cliente que se encontraba en la mesa contigua comenzó a pelear con un mesero por la cuenta. El individuo no dejaba de ningunear al mesero, que aunque a veces son como una patada en los huevos, pues merecen cierto respeto y a nosotros nos tenía rete bien atendidos, nos había llevado el ceviche en chinga y las cheves ( o chelas como se dice en D.F.) estaba bien frías, en ese momento el mesero era un buen amigo.... que digo amigo ???? era la tirada, todos hablándole por su nombre y casi casi hermano de todos, ya que nos curaba la cruda como monjita descalza o el mejor de los predicadores de la parroquia del tarro sempiterno.
Mi séptimo sentido (o lo que quedaba de él) de responsabilidad social y buen samaritano me incitaba a interceder amablemente por mi compadre el mesero, mis amigos insistieron en que no malacopeara a medio cocktail. En ese momento se hizo un silencio, miré mi “vuelve a la vida” todo rico, aún había camarones…por otro lado vi al mesero, sufriendo con el borracho nefasto mentandole la madre…volvi la mirada al pulpo, creo que hasta tenía callo de hacha, el caracol estaba bien freso y el caldito estaba al merito punto, ni tan picoso ni tan dulce, sabroso pues…una última mirada al mesero antes de tomar “la desición”…mi carnal ya tenía refuerzos, el gerente del lugar y otro mesero atrás pa hacer montón e intimidar al teporocho agresivo.
“ - Está bien…el ya no me necesita y yo si necesito curarme la pinchi cruda” pensé, cuando de pronto, PUM! PUM! PUM! PUM! (no son “pums” de flatulencias) me refiero a PUM! de balas. 3 cartuchos de una magnum .38 súper se habían incrustado en el cuerpo de mi carnal primo compadre casi hermano; el mesero. Una cuarta bala alcanzó la paturris del gerente.
Todo el restaurant se sacó de pedo, viejas gritando, weyes corriendo, otros sacando fuerzas pa cargar y proteger a sus gordas que no soltaban la tostada. Se armó un desmadre, platos cayendo al piso y uno que otro seguro se cagó.
A mi me bajó la peda, nos agachamos junto a la mesa, pero por supuesto no solté mi cheve. Siguieron los gritos del cabrón mentando madres y echó otros balazos al aire. Entraron los de seguridad y 1 minuto despúes entraros 2 policias (estaban rete cerca pa cazar borrachos saliendo del lugar) el tipo no tuvo mas remedio que bajar el arma, ya estaba rodeado y las balas no son interminables. Nadie murió.
No pretendo hablar sobre inseguridad y esas mamadas de las que todos nos quejamos pero seguimos dandole 50 baros al tránsito pa que no nos chingue por no traer licencia o manejar pedos. Eso será otro día. Solo insisto en 2 cosas.
- La capirucha ha llegado a niveles de locura muy cabrones. Las balas son cuasi normales en otros países del mundo, en EEUU todo el mundo puede traer la suya sin pedos y tirar balazos a lo pendejo. Tanto que es común que aparezcan chavitos en las prepas y universidades con todo y rifles y balacean a los profes y a sus compañeritos. Ha pasado desde hace un chingo de años. En DF, ahi se los dejo de tarea, por que estamos tomando un rumbo de intolerancia y estupidez muy parecidos. La gente sale a la calle con bandera defensiva y se olvidan de manejar la “buena onda”. Creemos que todo el que esta junto nos quiere chingar, el buenos días no se lo das mas que al jefe y cuidado con que alguién te hable en la calle, seguro te quiere secuestrar. Ya no convivimos entre nosotros. Sobrevivimos a pesar de los demás. Estamos de la chingada la neta. Le tengo miedo al miedo.
- En esta hermosa ciudad puede pasar de todo, incluso que mi vuelve a la vida haya evitado que por sentirme Juan Camaney un pendejo terminara con mi vida.
JA !!! JA !!! JA !!!
los que tengan entre 28 y 30 o vean como yo las películas en la noche en televisa seguro se acordarán de la tonadita ( Ya no vengan para acá...... quédense mejor allá... el Distrito Federal... no es... no es para jugar)
Ay Milusos...... Ay Milusitos !!!!!!
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